Virgen Santa de la Providencia
Madre de clemencia,
honor del Caribe;
Protectora, Borinquen te aclama,
Patrona te llama
y a tu amparo vive.
Los boricuas, tus hijos amados,
llegan confiados
a buscar los bienes
que les brinda con todo el cariño
por tu mano el Niño
que en tus brazos tienes.
Ese Niño que reposa en calma
despierto en el alma
en Borinquen sueña,
y se alegra de que hayas querido
por trono escogido
tierra borinqueña.
Puerto Rico te tiende su brazo,
sólo en tu regazo
descansar añora;
y te pide que sigas constante
siendo en todo instante
su fiel Protectora.
¡Dios te salve Virgen Santa de la Providencia, Madre y Señora de Boriquen!